Usuario anónimo
1 de agosto de 2024
La habitación que me dieron estaba limpia a simple vista, pero cuando me acosté en la cama, comencé a sentir picazón en los brazos y el cuello, y pensé que había chinches. Pedí que me transfirieran a una habitación diferente, pero la recepción me recomendó cambiar las sábanas, la manta y las fundas de las almohadas porque no había otras habitaciones disponibles. La mucama cambió las sábanas y tuve que bañarme en mitad de la noche para limpiarme y asegurarme de que no volvería a sentir picazón. Al entrar al baño, pude ver que las toallas no se veían tan blancas como las otras toallas que ofrecían los otros hoteles en los que había estado. Pero pensé que si estaban limpias, debería estar bien. Después de bañarme, me sequé con las toallas, pero apestaban y olían a moho. No tuve más remedio que usarla porque empezaría a sentir frío si llamaba a la recepción para que me dieran una nueva. Para poder descansar, la usé 😩 y luego se lo dije a la recepción. Solicité toallas nuevas al día siguiente y, menos mal, huelen a fresco. Me he alojado aquí antes, pero la experiencia fue mejor que la que acabo de vivir. La única buena experiencia que tuve en este viaje fue con el servicio de atención al cliente del personal. Son muy amables y agradables.
Texto originalTraducción facilitada por Google