Hotel Gran Legazpi

La cama era muy cómoda y nos proporcionó un sueño reparador. El aire acondicionado no tenía calefacción, pero la manta era lo suficientemente gruesa como para mantenernos calientes; la temperatura esa noche rondaba los 13 °C. La habitación era muy espaciosa: cabían dos maletas grandes en el suelo, con espacio de sobra para moverse. El baño incluía secador de pelo. El desagüe de la ducha parecía estar un poco obstruido, lo que provocaba un drenaje lento; tuvimos que mantener la presión del agua baja mientras nos duchábamos. No había agua potable en la habitación, pero en recepción nos informaron que el agua del grifo del lavabo del baño es potable. No había hervidor de agua en la habitación, pero se puede solicitar agua caliente en recepción; amablemente la proporcionaron en la cafetería de forma gratuita. Aunque el hotel no está ubicado en pleno centro turístico ni a poca distancia a pie de las principales atracciones, cuenta con excelentes conexiones de transporte: hay una parada de autobús y una estación de metro justo en la puerta y a la vuelta de la esquina. Es muy práctico tanto si llegas desde la estación de Atocha como si te diriges a destinos clave como el Palacio Real de Madrid, la Terminal de Autobuses de Moncloa (para el Segovia Express), la Plaza Elíptica (para el Toledo Express) o la Estación de Autobuses Madrid Sur (para el autobús nocturno a Oporto). El personal de recepción fue extremadamente amable y servicial. El día de la salida, dejamos nuestro equipaje allí gratis mientras visitábamos Toledo. Al regresar sobre las 18:00, incluso nos dieron agua caliente para nuestros fideos instantáneos. Descansamos en la cafetería unas horas antes de tomar el autobús nocturno a Oporto. Su ayuda hizo que nuestro viaje fuera mucho más cómodo y llevadero.