Usuario invitado
29 de julio de 2023
La estancia en Cocoa Island ha sido increíble, desde que nos recogieron del aeropuerto hasta que nos volvieron a dejar la atención ha sido excepcional. Tienen todo estructurado en cuanto llegadas, equipajes, explicación de la habitación, el horario de limpieza y de restauración. También explicaba qué entraba y cuales eran los extras del servicio de mini bar. El régimen en el que estuvimos fue de desayuno y cena, más que exquisita la comida, y en cantidad. Nos sorprendió los sabores tan diferentes y deliciosos, la diversidad de platos y, por supuesto, el buen hacer del chef. Las actividades del hotel define muy bien la línea que quieren seguir, el respeto a la naturaleza, el bienestar general y la paz que transmite se refleja en las clases de yoga, el snorkel y el pasar de las olas en la villa. Lo que más nos gustó, y con lo que más agradecidos estamos, es con la atención del personal, cada uno de los trabajadores son super amables. Cada vez que se cruzan contigo, y son unas pocas al día, siempre preguntan cómo estamos, si está todo bien, si tenemos pensado algo o si hemos visto algún pez interesante mientras hacemos snorkel. Cada camarero (Muru, tienes un trocito de nuestra historia) explicando todo lo que necesitábamos saber, explicándonos el funcionamiento del desayuno, haciendo nuestras comidas aún más especiales. Y no me puedo olvidar del chico que nos limpiaba la villa, siempre tan pendiente, amable y dispuesto a cualquier cosa que necesitáramos. Los chicos del Marine Sport Centre también han sido súper profesionales, carismáticos y amables con nosotros. Ali, AK y el otro chico que hablaba un poco de español, sois increíbles. Y Wisam, cómo no recordarte, tu profesionalidad organizativa me dejó más que asombrada además de la amabilidad que desprendes. No sabemos cómo agradeceros el trato que nos habéis dado y cómo nos habéis hecho sentir, solo espero que con esta recomendación, si alguien tiene dudas de dónde alojarse para este tipo de viaje, ahora lo tenga claro. No se van a arrepentir. Muchas gracias de nuevo, ojalá pudiésemos repetir cada vez que necesitemos huir al paraíso. Ana Rosa y José Antonio