Usuario invitado
5 de julio de 2024
Es curioso como este hotel puede combinar detalles encantadores con otros realmente molestos. Mi esposa y yo nos hospedamos por una noche entre el 25 y el 26 de junio, y el resumen de nuestra experiencia es la siguiente. Detalles encantadores: La ubicación, en el mero centro del casco antiguo. El personal de recepción extremadamente amable y profesional. La habitación que finalmente nos dieron (porque las de la categoría que reservamos estaban sobrevendidas y nos dieron una mejor), arriba del todo del edificio, bastante grande y con un techo alto, altísimo de madera a la vista y con una claraboya que daba mucha luz. Más tomacorrientes en una misma habitación que en varios hoteles juntos. Una cama muy cómoda. Buen equipamiento con todos los jabones y lociones necesarias. Detalles molestos: El baño está en el centro de la habitación separada de esta por una pared de de vidrio, hay una cortina con la que puedes cubrirla, pero es tan transparente que no sirve de nada, los baños requieren cierta mínima privacidad que aquí no existió. La pared que nos separaba de otra habitación no era sólida sino de madera o de pladur, se oía hasta como respiraban los otros huéspedes, Y el desayuno, todo lo que podía estar pre porcionado lo estaba, en porciones mínimas y poquísimos recipientes (vasos, bowls) de con cosa, involuntariamente te condicionas a servirte menos. La relación calidad precio es negativa.