Florencia M
27 de diciembre de 2024
¡Increíble lugar con un hermoso y enorme jardín, como creo que no existe otro en la provincia de Mendoza! Tiene la esencia específica de Chacras de Coria, con todo ese verde y la calma que caracteriza a Chacras. El estilo de todo el lugar, incluso de las personas que trabajan ahí, es muy cálido y acogedor. Al ser como un hotel boutique, con pocos huéspedes, la atención es super personalizada y cálida. En cuanto llegamos, además de mostrarnos el lugar, nos contaron toda la historia del mismo. Cada habitación está separada en casitas, lo que da mayor privacidad. La carpintería y otros elementos de las casitas están realizados con puertas y ventanas recicladas. Los propios dueños están muy comprometidos con el lugar, trabajando ellos mismos en el paisajismo del jardín e incluso algunas de las puertas y ventanas reutilizadas son de su propia casa! La habitación en la que estuve era muy amplia, tenía un balcón hermoso, y varias ventanas con vistas a los jardines. Contaba con una pequeña cocinita, mesa y sillas, sofás, escritorio, y hermosos muebles antiguos, y toda la decoración, las lámparas, y hasta el baño en el mismo estilo, que le daban mucha calidez al lugar y la sensación de sentirse "en casa" La recepción es también como una casa muy acogedora, el sector para comer es una galería vidriada, con una hermosa vista al gran jardín y a la piscina; y llena de plantas! Es como si el jardín se continuara hacia el interior del restaurante. Si bien estuve sólo una noche, pude cenar en el restaurante del hotel, la comida riquísima y el desayuno también, con todo muy casero, siguiendo el estilo del lugar. Y todas las personas que atendían, super atentas y amables ¡Fue para mí una experiencia nueva y diferente y me encantó todo! :)