Usuario invitado
31 de enero de 2024
Cuando llegué a Luang Prabang, mi primer buen humor comenzó en este hotel. Cuando entré al hotel, sentí la ecología original que quería. Puedes escuchar el canto de los gallos y ver perros y gatos. Estilo familiar. El recepcionista fue muy educado y entusiasta, y nos ayudó a llevar nuestro equipaje.
El hotel está lleno de estilo francés, exquisito y hermoso. La terraza frente a nuestra habitación está justo al lado del río. Podemos ver varias plantas, hojas de plátano y el río tranquilo, así como el pueblo de enfrente.
Lo único que lamento es que el agua caliente de la ducha no está demasiado caliente y hay un poco de ruido arriba, pero esto se puede ignorar porque el rico desayuno nos compensó. Es un desayuno francés, los panqueques son deliciosos, el café es delicioso, hay muchas opciones, la jefa es una señora francesa, cálida y comunicativa, me quedaré allí de nuevo, gracias por su servicio.
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