Usuario invitado
22 de febrero de 2025
Una escapada genial para las vacaciones de medio trimestre: una familia de tres con una hija de 10 años, su primera vez en Londres. La ubicación es fantástica. A 10 minutos del río, donde se puede cruzar el Puente del Milenio hasta la Basílica de San Pablo. ¡Qué vistas! Hay excelentes sitios para comer por todos lados, para todos los gustos y a precios accesibles. El Pizza Express a orillas del río ofrece vistas espectaculares, y el servicio y la comida eran excelentes. El metro de Southwark está a pocos minutos, pero apenas lo usamos; nos encantaron los autobuses fluviales para desplazarnos; el muelle que te lleva al oeste y al este está a 10 minutos a pie. La Tate Modern está a la vuelta de la esquina, con muchísimo que ver a poca distancia: la Basílica de San Pablo, la City, la Torre de Londres, el mercado de Borough, etc., y excelentes conexiones de transporte público. Nos sentimos seguros en la zona en todo momento, y el personal siempre estuvo atento y servicial. Estaban haciendo reformas en la planta baja mientras estuvimos allí y estoy seguro de que cuando terminen, quedará impecable. Lo más importante fue el espacio. Esperaba una habitación familiar más pequeña que en otros hoteles de primera clase, pero no fue así. La cama doble, grande y cómoda, y la individual, igual de cómoda, dejaban mucho espacio. El baño era pequeño, pero no elegante y más que suficiente para una estancia de tres noches. El único inconveniente fue la poca presión del agua, que se solucionó usando la ducha sin efecto cascada, lo cual estuvo bien. Estábamos en la cuarta planta, con vistas a la parte trasera, y la habitación era muy silenciosa. Esperaba algo de ruido de otras habitaciones, pero aunque el hotel estaba lleno, no noté ninguno. Me alojaría de nuevo y probablemente lo haré.
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