Usuario invitado
11 de marzo de 2023
Como siempre, lo mejor. No venía desde el año pasado y no me acordaba de que mi felicidad estaba dentro de los muros de Cas Comte. Hemos estado en la Suite 21, la habitación de mis sueños con su gran salón con balcón y su jacuzzi. Hemos cogido el pack romántico, que recomiendo porque incluye hora y media de uso privado de la zona de spa, una botella de champán y un masaje de una hora por persona. El masajista genial. Este año tienen un nuevo recepcionista, Joan, que nos ha tratado como princesas. Ha sido como un cuento de hadas. También recomiendo el desayuno, hecho con mucho cariño por Julia y las otras chicas. Después de un año, Julia todavía se acordaba de cómo me gusta el café, o sea que es el hotel donde uno puede sentirse como en casa. Gracias de nuevo al propietario, Bernat, por su paciencia y su saber estar y hasta pronto....