Usuario invitado
20 de febrero de 2025
Nos alojamos 6 días en total. Al llegar, nos recibió Sophia, la recepcionista, con una sonrisa encantadora. Fue muy atenta y amable, y nos llevó a la habitación con nuestras pertenencias. El registro fue rápido y agradable gracias a su ayuda. Eso es prácticamente lo único bueno de este hotel.
Sophia nos recordó que no nos ducháramos demasiado, ya que solo hay 18 litros de agua caliente. Me sorprendió mucho descubrirlo, algo que no esperaba, ya que en un hotel de 4 estrellas me resultó tan difícil de aceptar.
La habitación era espaciosa, con una cocina abierta. Mido 1,52 m y mi marido 1,70 m, y nos golpeábamos la cabeza cada vez que intentábamos usar el fregadero. Era un fallo de diseño, ya que la encimera estaba debajo de un armario de la misma altura.
Las paredes son finas, así que prácticamente se oye a los vecinos durante las noches y las mañanas.
Después de unos días, una mañana empezó a llover. Queríamos pedirle un paraguas a la recepcionista. Fue antipática y fría. Me trajo un paraguas con el mango roto. Tuvo que anotar el número de habitación y retuvo el cargo por el paraguas roto.
Nos advirtió no una, sino dos veces que lo devolviéramos; si no, nos cobraría el precio completo.
Fue muy desagradable. ¿Quién querría quedarse con un paraguas roto?
El hotel está ubicado en una ladera empinada, así que conviene caminar preparado para el ejercicio.
Una vez más, lo único bueno que puedo escribir sobre este hotel es la recepcionista, Sophia. No se lo recomendaría ni a mis peores enemigos. Eso lo resume todo.
Texto originalTraducción facilitada por Google