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23 de agosto de 2024
Era nuestro 3er Silken (Santander, Burgos y León). Imprescindible contratar su garaje subterráneo en el piso -2 con rampas en espiral y plazas espaciosas porque el barrio es zona azul y verde. Pero no se puede reservar hasta llegada, algo incomprensible, que sí ocurre en otros hoteles. Nosotros teníamos, porque pagamos más, habitaciones reformadas con duchas estupendas y colchones y 4 almohadas cómodos. Merecen la pena. Éramos 3 parejas en habitaciones en 7º piso. Una de ellas tenía baño, incluso con ducha y bidé, ligeramente más espacioso. Teníamos el desayuno en el hotel (el 1er. día un poco más descuidado el pan, algo duro, y la fruta, algo pasada, pero el 2º día mucho mejor). Hay productos para celíacos y alérgicos a la lactosa, como era uno de nuestros familiares. Es una pena que no haya "kettle" en la habitación, sobre todo porque la máquina de agua caliente y cafés disponible en recepción para uso de los huéspedes estuvo las dos noches y tres días estropeada. Nos fue bien, pero de volver a León, probaría con otro.