Usuario invitado
11 de septiembre de 2022
Éste es un pequeño y agradable hotel tipo boutique. Cerca del mar y de una piscina muy bonita. Se proporcionan toallas, así como sillas y sombrillas en la playa. A pasos de la playa se encuentra un bar con comidas típicas, especiales según el día de la semana y un happy hour nocturno. Se proporcionan bicicletas para montar durante el día. Más bares y tiendas están a unos 15 minutos a pie. La gente que trabaja aquí es en su mayor parte muy amable y servicial. La cafetería Bean and Barnacle dentro del vestíbulo tiene menos
que gente amigable. A un par de la gente del bar exterior también les vendría bien una personalidad. Sin duda me alojaría aquí de nuevo.
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