Hotel Cosmopol

La verdad es que no he estado en este hotel. En este momento iba a hacer una reserva y me ha dado por leer alguna opinión sobre el mismo. Ya no voy a hacerla, pero lo que me ha disuadido no son las opiniones vertidas, más o menos amablemente escritas. Lo que me impide realmente reservar en su hotel es la respuesta que ustedes dan a la última opinión. Los hoteles muestran su profesionalidad y su altura, al margen del número de estrellas, por su capacidad de encaje de las críticas y por sus respuestas mesuradas y amables. No se atraen clientes dando tortazos, ni mostrando pataletas. Al menos no a mí. Las cerraduras y el aire acondicionado no me interesan. La educación y siempre un necesario buen tono al cliente es imprescindible. Quizá la actualización ha de ser en las formas, más adecuadas con el aire nostálgico vintage que quieren publicitar.

-Carece de llave electrónica. las puertas se cierran con un portazo y rematas con una llave dando 3 vueltas para abrir y tres para cerrar. Puede parecer no importante pero lo es cuando intentas dormir y todas las puertas del pasillo se van abriendo y cerrando a lo largo de la noche. Tampoco hay insonorización, se escucha absolutamente todo. - No hay aire acondicionado, sé que se especifica en la descripción que las habitaciones no tienen. Lo que asombra es el hecho de que NINGUNA estancia del Hotel tenga aire. Para desayunar, comer o cenar hace mucho calor por lo que tienen que abrir puertas y las moscas campan a sus anchas por la comida. -Desaconsejo comer allí, el menú de comida y cena se repite y a pesar de tener varios platos a elegir son bastante similares. -El buffet del desayuno es básico, algo de embutido rancio, fruta variada, bollería envasada (eso sí al menos de Cantabria) y una cafetera.....una. - Todo es de otra época: ascensores, decoración, cortinas dobles y pesadas de ganchillo que acumulan polvo de décadas (bastaba con la cortina normal opaca), colchones duros como piedras, una sola almohada por cama. Ni la mas mínima mejora, detalle o actualización. La dejadez extrema es tal, que hay letreros del 2020 de mascarilla obligatoria!!!!!! - Imprescindible: tapones para los oídos, bote de insecticida y repelente, ventilador de mano.

El hotel es antiguo,el baño está reformado ,me tocó una habitación de las más altas y tenía vista lateral al mar.En estos tiempos sin aire acondicionado pero como había aire me conforme con lo que había.A la hora de pagar me quería cobrar 70 euros más de lo acordado pero se soluciono,pues me dijo que los clientes siempre tienen la razón,pero no es culpa mía que cada persona que esté en recepción te diga un precio.Eso es problema de ellos no de los clientes.

Hotel muy tranquilo situado a escasos 100 metros de la playa y a 10 minutos andando del puerto de Laredo. Hotel antiguo pero con ciertas partes renovadas y con servicio de 3 estrellas por lo que no se le puede pedir más al hotel. Personal muy amable y servicial. Habitaciones con lo justo, si quieres nevera la puedes solicitar previamente y no tienen A/A. Según la habitación que te toque, tiene muy buenas vistas. Lo mejor es la comida, con menú diario y fin de semana. Con muy buena calidad en sus platos y presentación. Algo caro el menú infantil (20€) y siempre es lo mismo. Disponen de una pequeña piscina muy correcta. Volvería a repetir por la cercanía a la playa y al centro de Laredo

Hemos pasado una noche con media pensión. La habitación un poco antigua pero con todo lo necesario,vistas espectaculares desde la misma. Respecto a la comida platos elaborados y de gran calidad. Destacar la amabilidad de todo el personal para hacerte la estancia muy agradable,atentos a todo lo q necesitas.Gracias. Terraza en el bar muy tranquila. Repetiremos.

Fuimos una expedición de atletas para participar en los 10 Km. de Laredo,llegamos a punto de cerrar el restaurante pero nos atendieron con mucha amabilidad y diciéndonos que cenásemos sin prisas, era cena buffet pero tenían productos de gran calidad, el salmón exquisito, las ensaladas abundantes, el pan buenísimo, el salmorejo para repetir, el tomate frito era casero y hacía años que no lo comía tan bueno, como íbamos con pensión completa hicimos todas las comidas y los desayunos en el restaurante del hotel, tenían productos para el desayuno típicos de Cantabria, estaban exquisitos, el sábado por la noche nos sorprendieron con una copa por la carrera y pusieron tal cantidad de aperitivos buenísimos que ya me quitaron las ganas de cenar. El hotel está un poco viejo pero está muy limpio, cómodo y la atención de su personal es de 10, en caso de volver a Laredo me volvería a alojar en el