Usuario invitado
12 de enero de 2023
Un lugar tranquilo, personal agradable y una cocina magnífica. Me hospede aquí para realizar una ruta senderista en el parque nacional Pollino. Fue un acierto, el pueblo es encantador y auténtico, los alrededores bosques que animan al paseo, aunque supongo que en primavera y verano serán más bonitos porque son de hoja caduca. Después de una buena caminata, una ducha con agua caliente, una cena tradicional casera excelente y un descanso sin oír un solo ruido en toda la noche. No se puede pedir más.