Usuario invitado
1 de mayo de 2024
Me gusto mucho el sutil brutalismo de la edificación, se siente totalmente orgánica la sustentación y adecuamiento al entorno; es muy cómodo el andar por la propiedad al que llamaría santuario natural. Al llegar me recibieron con mi nombre (previa reservación), con una sonrisa cálida y amigable que me aportó confianza y a punto para tertulia. Recorrimos la propiedad de la mano y sabiduría de nuestro experto en experiencias, quien contribuía con su la pericia y conocimiento sobre aprovechamiento de espacios, conservación de la naturaleza y fines objetivos de el Hotel Paradero; por nuestra parte no desperdiciamos el tiempo y aprovechamos cada confín para tomar fotos a tutiplén, es hermoso y casi impulsivo andar para disfrutar del suave toque de la brisa del pacifico. Finalmente, sucumbimos ante los deliciosos platillos que el Chef Ríos nos preparó; nos sorprendió la audacia de la cocina y la coctelería, puesto a punto nos presentó cada platillo en mesa con detalle y seña de tan hermoso centro de restauración. El ambiente es inefable y muy tranquilo, es ideal para relajarse, para estar con uno mismo y ser uno con natura.