Blue Moon Resort

Las sábanas estaban manchadas y se sentían húmedas. Llegamos a las 14:30 y nos registramos a las 15:10. Esperamos más de media hora, pero nos dijeron que saliéramos a las 10:00. Fuimos a desayunar a las 9:30 y queríamos ir en moto acuática. El personal nos pidió que saliéramos primero. Pero cuando salimos y fuimos a verla, ¡nos dijo que la moto acuática de la mañana había terminado! ¿Por qué no lo dejó claro desde el principio? La habitación que reservamos no incluía cena. Pagamos $100 por la cena de $39 del día siguiente, y no nos cambiaron el $1... Las luces de la piscina no estaban encendidas la noche que fuimos. ¡No entiendo por qué!

¿Luna azul? ¡Probablemente el lado oscuro de la luna! Si pudiera darle 0 estrellas, lo haría. La peor experiencia de mi vida y el peor hotel en el que me he alojado. Llegamos tarde el primer día y, aunque nuestro agente de viajes había reservado la cena a cualquier hora, al llegar nos informaron que no había cena. Al entrar en la habitación, la nariz se llena de un olor repugnante y había cucarachas por todas partes. La respuesta del dueño fue: "¿Ha dado un paseo por la isla?". Si tuviera que vivir con cucarachas, señor, me metería en una tienda de campaña en el suelo. Las puertas tienen huecos arriba y abajo, por lo que entran insectos. El desayuno es normal, la cena es muy mala. Por muchas veces que pidas el mismo plato, es una sorpresa desagradable lo diferente que será cada vez. Y hay que rezar para poder comer antes de la espera de dos horas con solo pan. Teníamos media pensión y nos informaron que podíamos pedir un entrante, un plato principal y un postre. El primer día, en presencia de la camarera, preguntamos si podíamos pedir langostinos a la parrilla como entrante. Nos dijeron que sí y procedimos a pedir. Como esperamos dos horas, decidimos no pedir el postre. Después de cenar, nos dijeron que nos cobrarían aparte y nos negamos a pagarlo porque deberían habernos dicho desde el principio que no era posible. Al día siguiente, en la cena, fuimos más cuidadosos y el hijo, quizá el dueño, nos dijo que había un malentendido y que hablaría con él. Esa misma noche, en el hotel, perdí la tarjeta de la habitación y pedí en recepción una tarjeta extra (ya que solo nos habían dado una para dos personas, supuestamente por seguridad. ¿Qué seguridad? Por lo que veo en las reseñas, algunas me las robaron). En recepción me pidieron 20 dólares por la nueva tarjeta. Una cantidad desorbitada. Hablé con el dueño y, tras mis quejas, me dijo que no me la cobraría. Así que por la mañana, al hacer el check out, mientras el taxi al aeropuerto nos esperaba afuera, no había nadie en recepción. Pedimos al restaurante que viniera alguien y llegaron después de 40 minutos. Retrasos e indiferencia por doquier. En nuestra cuenta, habían cobrado a otra persona los postres y los platos principales de ambas noches, aunque ya habían sido pagados. Preguntamos por el gerente o el dueño, pero nunca apareció. Le explicamos al recepcionista que no podían cobrar a 6 personas las comidas incluidas en la media pensión y que solo pagaríamos los extras que realmente nos dieran. Nos informó que el jefe había dicho que pagaríamos todo y le ordenó al supuesto guardia de seguridad que cerrara la puerta con candado como si fuéramos prisioneros. La ubicación era mala y estaba lejos de todo. La piscina estaba sucia y todo estaba abandonado. El dueño tenía un mono atado a un árbol (una imagen inaceptable) que mordió a uno de nosotros. Viajo ocho veces al año alrededor del mundo y nunca me he encontrado con...