Usuario invitado
20 de junio de 2024
Este hotel de carretera no está nada mal, pero nuestra experiencia no fue nada buena. Con una ubicación conveniente junto a la autopista y el aeropuerto de Cracovia, tiene potencial, y nos alegró que nos facilitaran una habitación con poca antelación llamando a recepción. El encargado de recepción nos dio una cálida bienvenida a nuestra llegada. Disfrutamos de una cena deliciosa y bien preparada en el restaurante, servida por un amable camarero. Nuestra habitación en la planta baja era sencilla, pero tenía lo básico. El aire acondicionado funcionaba a la perfección. Podríamos vivir con la lámpara de noche rota, pero el inodoro no estaba limpio y había excrementos humanos esparcidos por dentro. ¡Bvaaaarrrdddd! Lo más molesto fueron los aproximadamente 200 adolescentes menores de edad ruidosos que ocupaban todo el comedor de desayuno y dejaban migajas solo para los demás huéspedes. Largas filas de adolescentes llenando sus botellas con litros de jugo y un bufé vacío hicieron imposible que los huéspedes habituales desayunaran. Nosotros y algunos otros huéspedes tuvimos suerte de encontrar un par de mesas en el jardín, frente a la entrada principal, para sentarnos con relativa tranquilidad. Había una —SOLO UNA— máquina de café para autoservicio, aproximadamente para 250 personas. Así que esperamos unos 30 minutos para tomar el café de la mañana. Ese día, el hotel acogió a adolescentes en cuatro grandes autocares, con aproximadamente 50 pasajeros cada uno. Nos dijeron que el hotel se especializa en este tipo de grupos y, discretamente, un miembro del personal nos comentó que el personal sufría con estos grupos enormes tanto como los viajeros habituales. A menos que seas adicto a los adolescentes ruidosos, busca otra opción.
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