Usuario invitado
3 de enero de 2023
Cabe señalar que el huésped es celíaco, ya que la cena está incluida: esto en el momento de realizar la reserva. Nos respondieron el mismo día, una vez terminada la cancelación gratuita, que no sirven cena sin gluten y de ser así proceden con la cancelación. El lugar también es bonito, pero no vale en absoluto los más de 350 euros por una habitación absolutamente básica con 2 futones, sin toalla ni albornoz para la ducha y un balcón desnudo y no muy limpio. La perla de la cena: muy pocos hablan inglés, sólo 1 persona parece hablar con fluidez. Preguntamos si era posible al menos repetir los platos sin gluten y la respuesta fue un rotundo no (a pesar de la amabilidad de los monjes). Para entender mejor lo atentos que son con los huéspedes y no atados a dinero vil, adjunto fotos donde se puede ver los precios parciales de las bebidas, que obviamente no están incluidas en el precio. Por lo demás, la cena también fue decente, ya que pude comerla entera. Durante la noche, ruidos mecánicos fuertes y continuos, a pesar de la paz del monasterio. El único servicio adicional es la oración de la mañana a las 6. En resumen, los monjes entendieron realmente todo en la vida: cena y desayuno de verduras, una habitación con 2 futones por 350 euros. Olvídalo, busca en otra parte tu experiencia budista.
Texto originalTraducción facilitada por Google