Situación en KK city, justo delante del mercado filipino.
Habitaciones espaciosas y cómodas, aunque les falta algo de mantenimiento, en la nuestra había algún desperfecto sin importancia y al entrar por primera vez un trozo de falso techo en el suelo…(lo limpiaron rápidamente en cuanto avisé).
Desayuno excelente, occidental y asiático, gran variedad y calidad.
La piscina bonita, pero no la utilizamos: tapada del sol con un gran toldo y con el agua turbia…la gente (por cultura), se baña vestida.
Pedimos habitaciones contiguas por viajar con nuestros dos hijos menores adolescentes. Al llegar no las tenían preparadas, nos las dieron pero a nosotros nos adjudicaron, sin consultar, una habitación para minusválidos y no nos gustó ya que resulta incómodo por la altura de las picas en los baños y la ducha sin mampara.
Amabilidad “selectiva” del personal de recepción. Al hacer el check in a las dos personas (asiáticas) de al lado que estamos haciendo el mismo trámite, les obsequiaron con un upgrade. Al preguntar si a nosotros también nos lo daban, la persona que me atendía me miró con cara de pocos amigos y me dijo: usted recibe lo que ha reservado y pagado.
Muy bueno
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