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13 de abril de 2024
Ubicado en medio de un exuberante follaje parecido a una jungla, los terrenos del hotel son un oasis de tranquilidad que ofrece una sensación de aislamiento y serenidad. El paisaje meticulosamente mantenido se suma al atractivo y crea un retiro pintoresco.
Durante mi estadía, el personal hizo todo lo posible, irradiando calidez y hospitalidad genuina con sus sonrisas siempre presentes. Su entusiasmo por ayudar mejoró la experiencia general, haciendo que cada interacción fuera un placer.
Al optar por una villa con jardín, me encontré con una vista espectacular desde el balcón, encaramado en el borde de un acantilado con vista a la playa privada. Si bien la decoración de la habitación puede haber conservado un toque de nostalgia de los años 90, la impresionante vista compensó con creces cualquier falta de modernidad.
Un aspecto único del alojamiento fue el baño exterior que, aunque poco convencional, contribuía al encanto rústico de la villa. Sin embargo, vale la pena señalar que el clima tropical puede no ser adecuado para todos, especialmente para aquellos que temen encontrarse con bichos locales.
Lamentablemente, las camas resultaron ser una molestia menor, que recuerdan a los tradicionales sistemas de dormir asiáticos con sus firmes colchones de tablones de madera y almohadas de cemento. Para algunos, esto puede representar un desafío para lograr un sueño nocturno reparador. Además, lamentablemente nadie limpió la habitación adecuadamente, lo cual fue por pereza o falta de personal.
Sin embargo, la pieza de resistencia del hotel sin duda reside en su prístina playa. Con acogedores salones y sillas de playa en buen estado, ofrece el lugar perfecto para tomar el sol o explorar las aguas cristalinas a través de aventuras de snorkel.
El desayuno bufé que se sirve cada mañana superó las expectativas y cuenta con una amplia variedad de platos deliciosos que abarcan la cocina tailandesa, china y occidental. La abundancia de frutas frescas añadió un toque refrescante, asegurando un delicioso comienzo de cada día.
En conclusión, si bien el encanto de los terrenos del hotel, el servicio excepcional y la pintoresca playa son innegables, la comodidad de las camas deja mucho que desear. Para aquellos que priorizan una buena noche de sueño, puede ser un factor decisivo a la hora de elegir el alojamiento.
Texto originalTraducción facilitada por Google