Usuario invitado
16 de noviembre de 2024
Situado a orillas del lago Elementaita, este hotel te proporciona la oportunidad de vivir dentro de la naturaleza. Durante el día los animales salvajes acuden a beber a la charca que hay delante del jardín. Es habitual desayunar con una cebra a escasos metros. De noche escuchas a los flamencos cantar, y también escuchamos hienas, realmente único. La tienda de campaña es un sueño, un baño amplísimo, una enorme ducha, y la habitación estaba decorada con un gusto exquisito. Cama comodísima, un escritorio en el que me hubiera quedado a escribir cada tarde, un porche con vistas al lago. Es realmente especial. La piscina es fantástica, con vistas al lago. Es discreta y reina el silencio. Es un muy buen sitio para descansar y desconectar. El personal es muy atento, todo el tiempo están pendientes de ti. Se come bien. Muy recomendable el servicio de masaje.