Villa Mandi

Nos hospedamos en Villa Mandi del 11 al 21 de septiembre y fue, sin dudas, una de las mejores experiencias de nuestras vidas. Desde el primer momento, el trato fue inmejorable: el staff (Jean, Eduardo, Marcela, Concepcion) es maravilloso, siempre atento, amable y dispuesto a cuidar cada detalle. Nos hicieron sentir en casa, pero con la exclusividad y el confort de un lugar único. Mi marido solicitó una sorpresa con flores y el hotel se ocupó de todo para hacer de esta regalo uno inolvidable. La ubicación es perfecta: cerca del centro de Jeri, pero lo suficientemente apartada para garantizar total tranquilidad. El centro es muy pintoresco. Hay algunas excursiones lindas para recorrer y sugerimos contraten a Edivardo y su buggy desde la recepción del hotel. La vista desde nuestra habitación fue simplemente insuperable, y poder escuchar el sonido del mar en todo momento convirtió la estadía en algo mágico. Las instalaciones son impecables. La suite es amplia, muy cómoda, con una cama excelente y ropa de cama de gran calidad. El hidro privado fue un plus. La piscina de borde infinito frente al mar es espectacular, y los tragos del bar son de primera. El desayuno es espectacular… variado y delicioso, con tapiocas, huevos, crepes preparados en el momento, frutas frescas, jugos. El ambiente del hotel, con pocas habitaciones, transmite una sensación de exclusividad y tranquilidad difícil de encontrar. Realmente se siente como estar en una mansión frente al mar con un servicio personalizado. Fueron días inolvidables, llenos de confort, paz y momentos únicos. Nos vamos con el corazón lleno de gratitud y con la certeza de que volveremos. Villa Mandi quedará para siempre en nuestra memoria como un lugar de felicidad y energía positiva. Simplemente un lugar ÚNICO ✨