Usuario invitado
14 de febrero de 2025
Mi estancia en The Divan Istanbul me dejó con sentimientos encontrados. Si bien el hotel se promociona como un establecimiento de cinco estrellas, mi experiencia me indicó que podría estar mejor alineado con los estándares de un hotel de cuatro estrellas. El servicio, un aspecto fundamental en cualquier experiencia hotelera de primer nivel, lamentablemente no cumplió con las expectativas.
Al llegar, me encontré con una actitud pasivo-agresiva por parte del personal de recepción que me resultó desagradable. En lugar de la cálida bienvenida que cabría esperar, los recepcionistas parecían más interesados en hablar con los huéspedes que en interactuar con ellos. Este tono creó una atmósfera incómoda que persistió durante toda mi estancia. Además, el dominio del inglés del personal variaba considerablemente, lo que provocaba frecuentes malentendidos al atender solicitudes sencillas. Esta falta de comunicación clara no es lo que se espera en un hotel que pretende ofrecer un servicio de cinco estrellas.
Estos problemas de servicio eclipsaron cualquiera de las posibles fortalezas del hotel. Una verdadera experiencia de cinco estrellas se define por un servicio de primera categoría que complementa las características físicas del hotel, y en este caso, era deficiente. Si bien el hotel ofrece excelentes servicios y una apariencia impecable, sin un servicio excepcional que lo acompañe, no puede considerarse un hotel de cinco estrellas.
En conclusión, si bien The Divan Istanbul tiene la estructura de un hotel de alta gama, sus deficiencias en el servicio le impiden alcanzar su máximo potencial. Para quienes buscan una experiencia confiable de cuatro estrellas en Estambul, puede ser la opción ideal, pero si un servicio excepcional es una prioridad para su estancia, sería recomendable considerar otras opciones.
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