Евгения
13 de septiembre de 2024
Reservamos una habitación con vistas al mar, balcón y cama king size. La vista era divina; nos dieron una habitación en la quinta planta. La cama es cómoda y hay dos almohadas por persona, lo cual nos gustó mucho. La limpieza es mediocre; al registrarnos, había colillas en el balcón, pero lo arreglaron todo rápidamente. Las toallas son un poco duras. Hay de todo en la habitación: tabla de planchar, plancha y un secador de pelo muy potente; esto es importante para mí. Incluye todos los accesorios de ducha, pasta de dientes, etc. Se reponen a diario. La ubicación es excelente, limpia, tranquila, con vistas, a 300-400 metros hay cafeterías y tiendas, tanto de bebidas como de comida. Y más barato que en el centro. A la Torre de Gálata, Istiklal, a 15 minutos en taxi. Es muy cómodo para volver del centro a un lugar tranquilo y fresco. El personal no es muy amable, como estamos acostumbrados en los pueblos turísticos de la costa. Lo más desagradable fue cuando nos acercamos a Feruza, la chica de recepción que hablaba ruso, y le pedimos que nos recomendara un restaurante, ya que ese día era su cumpleaños. Nos lo recomendó e incluso nos pidió un traslado; estábamos dispuestos a pagar más, pero al llegar nos dimos cuenta de que era una estafa: la comida era carísima. Lubina a 15 mil rublos el kilo, ¡ni siquiera la había visto en Moscú! 🙈 Menos mal que paramos a tiempo, porque empezó el jaleo, traían platos… Nos levantamos y nos fuimos. Fue un rollo. Claro, la culpa es nuestra, confiamos, aunque creíamos que ya teníamos experiencia y lo sabíamos todo, confiábamos en el factor humano de la chica de recepción. ¡Parece que estamos de vacaciones! Pero no. Entonces empecé a leer reseñas sobre este supuesto restaurante y se me pusieron los pelos de punta. Que no os pillen, mejor infórmate bien y disfruta de la comida. En resumen: ¡El hotel y la ubicación son geniales! Por desgracia, no todos son amables. El spa está bien, la chica balinesa da un masaje estupendo y te baña en el hammam. Los desayunos son normales, las colas para la tortilla son larguísimas; no había nada más rico para mí.
Texto originalTraducción facilitada por Google