Usuario invitado
5 de agosto de 2023
Nos alojamos en esta subespecie de "hotel" durante 5 días, y la única nota positiva es la zona bastante céntrica. Por lo demás, nos sentimos como si estuviéramos participando en un episodio de "hotel pesadilla". En cuanto a las habitaciones, las fotografías no reflejan en absoluto la realidad: habitaciones pequeñas, antiguas, con varias grietas en las paredes, sucias, sin ventanas o al menos posibilidad de colgar un bañador mojado. El baño era realmente demasiado pequeño para tres personas, la tapa del inodoro estaba rota, la puerta no cerraba, la única ventana para ventilación estaba prácticamente en el techo por lo que había que abrirla con un palo y el bidé estaba inservible. Nada más llegar encontramos en el armario una camiseta del huésped anterior, y una vez que se lo comunicamos a recepción se comprometieron a cambiarnos de habitación (cosa que nunca sucedió). A la mañana siguiente, sobre las 9, la limpiadora abre la puerta de nuestra habitación sin siquiera llamar, ve que todavía estamos en la cama y se marcha sin siquiera disculparse. En ese momento, volvió después de media hora insistiendo en que saliéramos a rehacer la habitación (nadie nos había dicho una hora concreta para salir de la habitación, luego descubrimos que las habitaciones se podían rehacer hasta las 12). Sobre las 10/10.30 salimos y volvemos por la tarde, encontrando la habitación sin arreglar. Ante nuestras quejas, nos ofrecieron un desayuno gratis en un bar cercano y nos dieron un cartel de "no molestar" para colocar afuera de la puerta. En cuanto a todos los acuerdos con jardines termales o playas indicados en la descripción, son mentira: lo único que tienen es 3€ de descuento por persona para Negombo. En definitiva, esta casa de huéspedes se caracteriza por poca profesionalidad y poca hospitalidad, y creo que también aprovecharon que éramos 3 niñas y pensaron que era correcto tratarnos con ligereza y grosería.
Texto originalTraducción facilitada por Google