Usuario invitado
23 de agosto de 2023
El hotel es acogedor, tranquilo y muy bien situado. La cama y la habitación son cómodas. La cocina es creativa y de buena calidad, aunque si cenas unas cuantas noches no hay mucha variedad de platos. Lo mismo en el desayuno: no es continental y hay pocas opciones. Si te gusta la fruta o las opciones bajas en calorias, no hay donde escoger. Por otro lado, el personal es antipático y poco respetuoso con la clientela. Los tres días que estuvimos teníamos reservada media pensión. La segunda noche, después de un largo día de excursión, llegamos media hora más tarde de la prevista para la cena (llegamos a las 20.40). Su respuesta, después de presentar nuestra disculpa fue: "la cocina está ya cerrada", en un tono serio y desafiante, sin mostrar un mínimo de empatía o preguntar si habíamos tenido algún problema. ¡Nos dejaron sin cenar! Ni si quiera ofrecieron un sandwitx o una ensalada: NADA. Suerte del hotel de al lado ROKEBY MANOR, que nos acogió amablemente a pesar que ya era tarde y nos atendieron muy bien. Además del incidente de la cena, al día siguiente en el desayuno hubo una confusión con la comanda por su parte y el dueño/camarero nos increpó y nos ridiculizó. Después de insistir aceptó a cambiar la comanda por la que habíamos pedido. También tuvimos que protestar porque en la cuenta total del hotel pretendían que pagáremos por la cena que NO habíamos consumido, ya que formaba parte del pack. Después de ver nuestro enfado finalmente accedieron a descontarla. No recomiendo para nada el Invergarry HOTEL, hay otras opciones en la zona, seguro que más amables y empáticas con la clientela.