Usuario invitado
10 de noviembre de 2023
El hotel desde la entrada es maravilloso, es gigante. Entramos con los amigos y vimos por afuera una forma parecida a catedral. Al entrar, la recepción era espaciosa, con asientos, mesitas, y hasta un mini market (Muy caro). En la cena del primer día un tipo toco un saxofón, mu bonito la verdad. Al ser el cumple de un amigo, el segundo día tocó una canción de cumpleaños, y dieron torta de cortesía. El hotel, enorme, muy espacioso, como mil piscinas, que no necesitaban temperarse, porque el sol las temperaba, el agua riquísima, no estaba helada, al toque nos tiramos. En el medio de la piscina hay un minibar, y puentes que conectaban los pasillos con las piscinas. No me gustó que el personal al nosotros ir solo nos de las tarjetas y no decirnos nada, pero no importó, pues salimos a caminar en la mañana, vimos a los pavos reales y fuimos al gimnasio. Te recomiendo que vallas temprano porque se llena. Jugamos billar, ping-pong, fulbito. En el desayuno había café, papas, huevo revuelto (delicioso), frutas, pancito, y chocolate caliente. En las habitaciones, había mucho espacio, televisión, mesitas de noche, mucho espacio de almacenamiento, y una refri. El baño muy útil, pues estaba separado por ducha, baño y lavabo. La atención excelente, y la cena muy rica, decorada de altísimo nivel. No se que decir, yo me quedaría en Ica para ir solo al hotel. Muy bueno, el precio lo vale.