Usuario invitado
6 de agosto de 2023
El hotel es muy bonito, no está en Ürgup pueblo sino en Ibrahimpasa, la tranquilidad es total. Las habitaciones son grandes y bonitas, cuidadas al detalle; eso sí, como su nombre indica, son cuevas, así que no son luminosas. Tuvimos dos habitaciones, en cada una de ellas había un jacuzzi en el baño, ambos eran espectaculares, perfectos para relajarse después de una jornada de verano intensa, si bien en uno de ellos, al estar una planta más abajo de la habitación, había más humedad. El desayuno es bueno, sólo echamos en falta zumos/ agua. También cenamos dos días allí y nos gustó el restaurante. Tiene una terraza magnífica. El personal es agradable y muy profesional, nos ayudaron con la reserva del globo. Destaco a Ahmet y muy especialmente a Esra, una joven encantadora, cariñosa y simpática; se nota que le encanta su trabajo y relacionarse con los clientes. Hay que tener en cuenta que en Ibrahimpasa no hay nada, así que se depende de coche o en su caso de taxi. Si molesta el ruido, pedir una habitación alejada del restaurante y del café porque hay música todo el día.