Hotel Ruinas Resort

Claro ejemplo de que en Guatemala se puede comprar de todo, en este caso las estrellas de un hotel. Al llegar el chico de la recepción nos indicó que para entrar al aparcamiento teníamos que seguir por la misma calle todo recto, ni se movió del sitio, el aparcamiento estaba girando a 5 metros, no siguiendo todo recto. El servicio de botones no comienza en el parking, tienes que subir desde la planta de abajo del aparcamiento a la recepción para que lo reciban. El mal trato del recepcionista (un chico grueso) al botones nos impresionó. La habitación parecía un zulo, sin luz, sin ventilación. El armario detrás de la puerta del baño, había que acceder por encima del lavabo. Del otro lado, la ducha y el WC no dejan ni 10 cm de espacio entre ellos. El inodoro echa agua desde abajo, no tragaba bien. Llamamos a recepción para pedir una escobilla y al tipo le da por reirse... Para los covid lovers, no hay como echar un vistazo a cocina para ver que la mitad del personal no lleva mascarilla... La señal de WIFI terrible. Las toallas parecían estropajo. El segundo día nos limpiaron la habitación y a las 4 de la tarde salimos de la ducha y todavía no había toallas... El desayuno, bastante sencillo, llegó el primer día a los 20 minutos, el segundo fue buffet y el tercero llegó a los 40 minutos, el chico hasta pidió perdón. El viernes parecía que la discoteca estaba en el pasillo y no en la otra parte del hotel, a las 23 horas con borrachos en el pasillo que hasta se les rompió algo de vidrio... daba miedo, de descansar ni hablamos. El café de cortesía lo dejan en la recepción todo el día. En el resto de hoteles en los que hemos estado te dejan la cafetera para hacerlo recién hecho. La piscina, sucia, la usan como espectáculo de luz y color para la discoteca, por supuesto, al día siguiente está hecha un asco. Para ir al gimnasio el sábado a las 5,30 de la tarde, subes 4 pisos sin ascensor, cerrado. Bajamos a recepción a preguntar y en vez de mandar a alguien, nos dan la llave. Arriba, las pesas todas desordenadas, como si no existiese alguien responsable del mantenimiento. Menos mal que íbamos de viaje de novios a un hotel 5 estrellas y les avisamos... se nota que les importó más bien poco...