Usuario anónimo
4 de junio de 2025
El hotel, que tanto elogiaron los mayores y los niños, fue la elección correcta. Durante este viaje a tres lugares, la experiencia en Chengkan alcanzó su máximo esplendor, y gran parte de ello se debió a Shudetang.
La ubicación es excelente, abarcando prácticamente los paisajes más hermosos de Chengkan, y la naturaleza (montañas distantes, estanque de lotos, gansos blancos, plantas) y la humanidad (arquitectura de la antigua Anhui) se integran a la perfección. No se aburrirá simplemente alojándose en el hotel. Podrá tomar té y charlar frente al estanque de lotos, alimentar a los grandes gansos blancos, hacer artesanías y observar a las chicas de Hanfu tomando fotos en el puente que cruza el estanque.
El servicio es excelente y atenderá las necesidades de los huéspedes en todo momento. Hay personal especial para recoger a las personas y el equipaje en el estacionamiento. Si ven que las personas mayores tienen dificultades para caminar, las ayudan a bajar las escaleras. Se encargarán de que el restaurante sirva la comida con antelación, y podrán empezar a comer en cuanto dejen el equipaje. Los productos del restaurante Shudetang son mucho mejores que los de los restaurantes rurales de la zona, y el precio per cápita de 100 yuanes es muy conveniente. También ofrecen una deliciosa sopa dulce por la noche, ligeramente dulce y deliciosa.
La habitación está elegantemente amueblada, las comodidades son impecables, la ropa de cama es seca, la ducha es cómoda y no hay olor a alcantarillado en la antigua casa. El único inconveniente es que la almohada de látex es un poco alta.
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