Usuario invitado
23 de abril de 2023
Aunque parezca disparatado, llegamos Tam Coc hacia las 4 de la madrugada en el bus nocturno desde Hue (estos autobuses terminan en Ninh Binh, pero todos hacen una parada previa en Tam Coc, que es donde se bajan casi todos los pasajeros). De la estación de autobuses al hotel, hay unos 400 m que hicimos casi a oscuras por una carretera bastante segura y sin tráfico alguno a esas horas (de día es la más transitada). Cuando vimos el edificio singular del hotel entramos al patio-jardín delantero, que estaba abierto y a oscuras y nos sentamos a esperar a que hubiera señales de vida. Poco después de las 5, ya había personal trajinando por recepción, de forma que a las 5 y media teníamos la llave de nuestra habitación (con pago de un suplemento), donde pudimos dejar equipajes, asearnos y descansar un rato hasta las 7, donde acudimos a la sala de desayunos donde nos encontramos una zona amplia y bien ventilada, con un bufet muy razonable (huevos/tortillas a petición) y completo. El hotel tiene 2 edificios, el delantero (recepción y desayunos) y el de detrás, más moderno, donde está la mayoría de habitaciones nuevas y la piscina. Personal muy amable y atento. Ambos edificios con ascensor (aunque el día de salida no tuvimos luz y no funcionó). Habitación grande, espartana en muebles y con cierta humedad. Cama grande con colchón y sábanas aceptables. Minibar con agua de cortesía y ventanas al pueblo. Tv con satélite, ventilador y a.a. Baño amplio igualmente castigado con ducha (mampara vieja y agua escasa) y toallas pidiendo el cambio. Limpieza buena y wifi bien. En el mismo hotel alquilamos otro escúter (el más económico de todos: solo 5€) que nos permitió hacer más de 100 km visitando todo lo visitable: pagodas de Bai Dinh y de Bich Dong, Templo Hoa Lu, barcas de Trang An, Mua Cave y la subida hasta el mirador.... Muy bien situado en el centro del pueblo, rodeado de restaurantes y tiendas. En resumen, un 3 estrellas familiar con una relación calidad-precio buena. Recomendable.