Usuario invitado
12 de abril de 2025
La habitación olía fatal a tabaco. No solo permiten fumar, sino que además incitan a hacerlo dejando ceniceros, algo impensable en cualquier hotel europeo. Olía tanto que ni siquiera abrir la pequeña ventana ayudaba. Encender el aire acondicionado es aún peor, porque la propia máquina huele a tabaco. Además, la ducha estaba muy sucia y el baño tenía restos del anterior usuario. El personal de recepción no habla inglés ni ningún otro idioma aparte del mandarín. El servicio de atención al cliente fue pésimo. Ni se les ocurra lavar la ropa allí. La habitación donde está la máquina es un lugar extremadamente sucio, con basura dispersa alrededor. No limpian las zonas comunes, solo las habitaciones.
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