Allegro Isora

Excelente atención, la comida riquísima Airan el cocinero nos ha atendido muy, muy bien , junto con el camarero Julio, la barbacoa estupenda. Mi familia y yo hemos disfrutado muchísimo de todo. Mil gracias a todos , esperamos volver pronto

Un 10 de hotel. El personal (amable y atento siempre dispuesto a ayudar y profesional), la ubicación (fácil de llegar, cerca de todo sin estar en el meollo turístico), las instalaciones (completas, como estar en un residencial privado con todos los servicios y para todos los ambientes), las actividades, cocina, limpieza, ludoteca, piscinas...fue todo un descubrimiento y volveremos cada vez que vayamos a la isla

Acabamos de pasar una semana en el hotel y coincido con otras opiniones respecto a la amabilidad y atención de todos sus empleados. Las personas que trabajan en este hotel, desde la recepción (Yaiza y Pablo), la animación (Kevin y todo su equipo), el personal de cafetería e incluso Esther, recomendándote los sitios que no puedes perderte en la isla, son sencillamente excelentes. Pero tengo que hacer especial mención al personal del comedor y de cocina. Especialmente Amelio, Fuen, Gerardo, Ayram, y como no, nuestro apreciado Mario, han estado pendientes de que a mi hijo, que es celíaco, no le falte absolutamente de nada, garantizando siempre su dieta sin gluten y sin contaminación cruzada. Las noches temáticas hacen que el menú sea variado y también puedes optar por barbacoa o arroces en el comedor de la piscina. Esto hace que se le reste importancia al deterioro de algunos espacios, a pesar de que ha sido reformado no hace mucho. Desconozco si no ha sido reformado en su totalidad, pero sería necesario mejorar su accesibilidad a personas con movilidad reducida, y modernizar sus instalaciones para que esté acorde a sus cuatro estrellas. Al edificio Family se accede por una rampa "imposible" dada su inclinación, o por escaleras de caracol, lo que dificulta el acceso también de carritos de bebé. Baños algo anticuados y con bañera, algo que creo que desentona con lo que Allegro ofrece en otras ciudades, que brilla por su modernidad y ausencia de barreras. Sería necesario también una mejora en los baños de la piscina. Como sugerencia, indicaría en carteles la prohibición expresa de guardar tumbonas en la piscina advirtiendo que el socorrista puede retirar las toallas: ¡a las siete de la mañana ya no hay tumbonas! ¡Hay personas que se levantan a las cuatro para reservarlas! ¿De verdad uno se va de vacaciones para madrugar y poder guardar unas tumbonas?? Entiendo que la Dirección del Hotel tiene complicado hacer algo al respecto, pero quizás lo de retirar las toallas funcione. El personal que se encarga del cuidado de la piscina y alrededores hay días que llega a las cinco de la mañana y ya encuentra toallas puestas....() Por otro lado, su cercanía con un entorno natural como es el acantilado de los Gigantes hace que se pueda disfrutar de un entorno inigualable y que nuestra estancia haya sido muy placentera.