Usuario invitado
31 de enero de 2023
Iker y Marta nos cuidaron cuando estuvimos en su casa, pudimos disfrutar de sus diferentes rincones, tanto en el interior como en el exterior, y nos permitieron conocerles personalmente. Tienen una casa de piedra de hace siglo y medio muy cuidada, se puede decir que es una casa antigua y nueva a la vez. Hay mucho sitio para tener tu espacio privado tanto dentro como fuera, yo pude disfrutar de ratos solo en el salón haciendo mis cosas de música con mi ordenador y mis auriculares. Fuera, hay más rincones de chill-out que huéspedes pueden acoger, separados unos de otros sin tener a nadie a la vista. La casa está inmersa en un bosque en la falda de Caramulo, si no fuera por los árboles, habría una vista espectacular de todo el valle, que se intuye de todas formas. Iker es cocinero, ha sido referencia en restaurantes británicos, y la oferta de desayuno y cena merece mucho la pena. La zona es muy adecuada para caminar por el bosque, y también se come muy bien en restaurantes de poblaciones cercanas. La temperatura es muy buena, hemos estado más fresquitos que en otros sitios con ola de calor, y me han dicho que en invierno es raro que se llegue a 0ºC. La casa está muy bien aislada, muros de piedra de más medio metro, y está renovada y cuidada.