Jean-Charles
10 de agosto de 2024
Este es realmente un magnífico hotel con la más alta calidad de servicio.
Es imprescindible visitar el spa y aprovechar los dedos dorados de las masajistas (¡Tarima Kasim!) que ofrecen todo tipo de masajes a un precio razonable para este tipo de establecimiento. La piscina cubierta es suntuosa y también hay una piscina al aire libre y un jardín sombreado donde podrá saciar su sed o disfrutar de una comida.
Nuestra suite estaba muy bien equipada, abovedada de piedra, con jacuzzi y un baño muy espacioso. La ropa de cama es muy cómoda, el wifi es rápido, el televisor es grande con muchos canales y conectable a Android. El aire acondicionado podría ser más eficiente pero aún así es suficiente. Sobre todo, el gran ventanal da a una colina desde donde se puede disfrutar durante un buen rato observando las antiguas viviendas trogloditas locales, magníficamente iluminadas al amanecer.
No faltan actividades y el hotel ofrece una amplia gama, desde paseos en globo aerostático hasta rutas en quad o a caballo, siempre con un apreciable nivel de servicio de alta gama.
El desayuno es realmente maravilloso, con una demostración en vivo de cómo se hacen los deliciosos panqueques locales a cargo de una jovencita (¿cuyo asiento podría ser más cómodo?). Zumo de naranja natural, numerosos quesos locales y frutos secos...
El restaurante cierra tarde y ofrece interesantes especialidades locales para degustar. El servicio es aún más atento ya que los maîtres d'hôtel hablan inglés.
Pida aprovechar la visita al sótano para descubrir las increíbles suites trogloditas cuyo refinamiento sólo es igualado por la autenticidad de la decoración realizada con diversos objetos locales. Todas ellas giran alrededor de otra piscina, realmente todas son más bonitas que las demás pero obviamente tienen un precio correspondiente...
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