Hotel Convento San Diego

Fuimos a comer el día de reyes,comida perfecta,personal agradable, Enhorabuena a Kiko e Inma por el trato recibido,sin dudas volveremos El hotel está situado en un entorno de tranquilidad y vistas preciosas desde la terraza Volveremos pero para pasar un fin de semana para hacer rutas de senderismo y visitar las cuevas que hay

Excelente ubicación y excelente el trato recibido. Fuimos 14 personas y pasamos la Nochevieja y algunos días en el Hotel. El trato que nos dispensó Belén fue extraordinario, con una simpatía y disponibilidad totales. Las comidas fueron extraordinarias, incluida la Cena de Nochevieja, con un servicio de 5 estrellas. El hotel, construido en un antiguo convento, es una maravilla. Las habitaciones amplias, confortables y muy bien dotadas. El trato recibido por el personal del Hotel también fue muy bueno. Prometemos volver.

Quizás lo fue, pero no es!!! Fuimos a este hotel boutique atraídos por las críticas que habíamos leído en distintos portales. Mi objetivo es que a quienes lean este comentario no les pase lo mismo… Y de paso, animar a la dirección del hotel a cambiar de rumbo, aunque no sé si es posible a estas alturas… En primer lugar, las 4 estrellas que luce no se corresponden a su estado y servicios actuales. Las instalaciones necesitan numerosas reparaciones y mantenimiento continuado. El aire acondicionado de las habitaciones no enfría y hace un ruido terrible. La limpieza no es excesivamente exigente… La piscina, más de lo mismo: zona descuidada y piscina sin limpiar. Por lo que vimos en otro comentario, hay una ducha rota desde hace más de un año, ya que allí sigue como una especie de “escultura”… Pero, sin duda, lo peor fue el servicio de restaurante y desayuno. No se dejen engañar. En la web aparece una carta de restaurante de lo más sugerente, pero a la hora de la verdad te enseñan un folio con cuatro entrantes y cuatro platos principales que después no existen. Las personas que atienden el restaurante no saben los platos que ofrecen. En la cocina, no sé quién está ni qué ha hecho antes, pero dudo que haya sido algún trabajo en una cocina profesional o particular… Degustamos un gazpacho de melón que no se podía tomar, una ensalada de bolsa con una lata de migas de bonito de tercera categoría y una paella hecha con fumet industrial y gambas, chipirón y almejas congeladas, que no eran precisamente premium… El final de esta pesadilla fue el desayuno… Algo de fruta sin sabor, zumo industrial, un jamón procesado que no se podía comer, queso de mínima calidad, pan, mantequilla y mermeladas de ínfimo nivel, y croissant crudo y malo… Al preguntar si había Colacao o Nesquik para desayunar, y después de mirarnos como las vacas al tren, nos regalaron un sonoro nooooo. Lo peor es que hablando con las personas responsables, se veían pocas opciones de mejora… Desde luego, de hotel 4 estrellas solo queda el cartel de la entrada; de hotel boutique, el recuerdo de quienes estuvieron en sus buenos momentos… Ojalá me equivoque, pero no sé cuánto tiempo podrá mantenerse en las condiciones actuales.

El hotel es muy bonito, bien decorado, habitaciones grandes, bastantes zonas comunes. La habitación, limpia, cama cómoda y confortable, un detalle muy bueno es que tenia cafetera de cápsulas de café muy bueno. Ahora bien, se trata de un hotel de cuatro estrellas, por lo tanto tengo que decir que tiene muchas carencias para serlo, en el sentido de que no hay recepcionista o por lo menos no lo vimos, nos atendieron bien, amable y atentos al llegar, pero era un trabajador que tenia otras funciones, en otra ocasión una camarera, o bien no había nadie y teníamos que acudir a un camarero…En la descripción te vendía que tenia piscina, cierto, pero estaba sucia y esa parte sin limpiar ni preparar para estar un rato en ella. La habitación tenia nevera, pero no funcionaba, bajamos a decirlo pero no había nadie en recepción, no era solo la nuestra la que no funcionaba. En su defecto nos dieron una cubitera con hielo, lamentable. La cama muy cómoda, pero no muy bien hecha, al destaparla las sabanas estaban muy arrugadas, si no llega a ser porque olían muy bien a limpio hubiese pensado que estaban usadas, a lo mejor, igual que la recepción que la atendía el que pasaba , la habituación, quien sabe si pasaba igual, ya que no vimos a nadie del servicio de limpieza, aunque si tenemos que decir que todo estaba limpio y correcto, que en verdad es lo que nos importa. Pasamos ahora al desayuno, de un hotel de cuatro estrellas no era, no estaba malo, pero muy justito en variedad.. Lo mejor, el café. De caliente no había nada, ni huevos revueltos, ni beicon.. nada; de pan, ellos te sirven las tostadas, no había variedad de panes para elegir y croissants que tenemos que decir que estaban riquísimos. Para untar a las tostadas mantequilla y mermeladas, patés, jamón cocido,y un día serrano, salchichón, chorizo y queso en loncha, aceite y tomate, de dulce paquetes de magdalenas y sobaos y napolitanas de chocolate que estaban muy buenas. En fin un hotel bonito y limpio pero con carencias para un cuatro estrellas y para el precio que cuesta, aquí os dejamos lo que os podéis encontrar y lo que no.

Tanto por la arquitectura, un antiguo convento rehabilitado con gran pericia y acierto, su decoración, un interiorismo de bastante calidad y digno de revista de decoración, como por la tención del personal, tanto de recepción como de cafetería y restauración. Recomiendo coger media pensión pues merece la pena. Volveremos.