Usuario invitado
31 de enero de 2023
La recepcionista nos preguntó al llegar si ya conocíamos el hotel, al indicarle que habíamos estado hace muchos años, nos dijo que no había cambiado nada, toda la razón. El hotel está antiguo, más o menos como lo recordaba de hace más de 25 años. La habitación limpia y cómoda aunque decoración pasada de moda, reservamos una doble pero nos dieron una con tres camas, lo que se agradece en un viaje de esquí que traes mucha cosa. La calefacción la tienen muy fuerte, pero se puede regular para no asarse. La WiFi llega bien aunque a veces algo lenta. El baño limpio y sencillo, quizás reformado pero hace bastante. Todo funcionaba correctamente, quizás le faltaría un secador y mejorar las amenities: tres botecitos de gel-champú, un jabón y un peine. El desayuno buffet era sencillo pero variado, los más raro quizás es que había que elegir entre 4 turnos para desayunar (puede que sea por el covid). Al llegar intentamos alquilar esquís en el alquiler del hotel pero los martes no abrían, luego nos dimos cuenta que los martes cierra por descanso el 90% de los bares y restaurantes de Formigal, de modo que incluso nos resultó difícil encontrar donde cenar.