Hoteles en Fonimagoodhoo con Gimnasio

Empezare por lo bueno. El personal se esfuerza hasta el infinito por hacer que tu estancia sea agradable, en este sentido se ganaron nuestro afecto. Optamos por un todo incluido y la comida era abundante y variada lo cual no debe ser nada fácil habida cuenta la ubicación. El funcionamiento es como que de reloj Suizo, todo perfectamente supervisado intentando buscar el agrado del cliente. En ocasiones todo se volvía excesivo, decoración navideña con papá Noel por todos lados y una iluminación con miles y miles de bombillas hasta en el espejo del agua. Las habitaciones están mal mantenidas, hay demasiados elementos que deberían cambi****. La música, la banda sonora del local no es que sea mala es que es peor. La conciencia ecológica es nula, la isla es de una absoluta artificialidad, se extrae arena del fondo no solo para rellenar las calles con arena más bonita, también se regeneran las playas… que en menos de quince días desaparecen, yo no hay arrecife barrera, no hay contención aunque se intenta crear arrecife artificial con bolsones y sacos textiles mal rellenados con cemento y colocados a saber con qué criterio. Estuvimos esos quince días y tuvimos tubos y playa al llegar y tubos sin playa al marchar. No queda apenas arrecife costero que retenga la arena, el poco arrecife que queda es constantemente sometido a agresión con esa política de regeneración de playa y calles y por la mucha gente que lo pisotea a pesar de los carteles cool que piden que no se pise. La creación de pantalanes anclados de cualquier forma, con rezones que también agreden el coral, también duele a la vista. Muy masificado, sobreexplotado, no es sostenible. El agua se enturbia gracias a todo ese proceder y el poco arrecife que aún mantiene la isla tiene los días contados. Lo mejor el spa atendido por una colonia de balinesas que te hacen sentir como en el cielo, los masajes y tratamientos son sobresalientes y muy recomendables. Seguro que en su día esto fue una maravilla pero fenómenos climatológicos globales y un mal actuar a nivel local se están cargando el entorno. Ni de lejos cumplió con las expectativas a pesar del magnífico afán del personal por hacer que tu estancia sea agradable. Aún con todas estuvimos felices principalmente gracias a tres cosas: la actitud del personal propio del resort, nuestra predisposición a pasarlo bien en cualquier circunstancia y por la distancia, mucha mucha distancia al frío pandémico europeo. Como veterano del buceo y a pesar de todo hice junto a mi hija más de veinte inmersiones, debajo del agua soy feliz, ya digo que tengo miles de inmersiones, solo estar debajo me hace feliz pero como lugar de buceo Maldivas ha sido una absoluta desilusión, está todo arrasado y no solo por fenómenos globales, lo que allí he visto no es sostenible. Si vas pensando en buceo no te merece la pena. Si vas buscando un resort donde te den todo hecho pues no sé qué decir, yo no buscaba eso. Al final dejamos Maldivas con un sabor agridulce, mucha desilusión,