Ariel M
25 de diciembre de 2024
La llegada aunque no es fácil sin vehículo, hace que valga la pena, porque está en la montaña desde la que hay una vista de la ciudad increíble. El recibimiento del Conserje es muy cálido, si tiene problemas con el italiano, él habla un muy buen español o inglés según lo prefiera. La habitación es muy confortable, tiene un muy buen área, las vistas al jardín y a la ciudad son preciosas, y tiene todo el equipamiento que se necesita. El baño es muy cómodo y siempre estuvo muy limpio. Las áreas comunes son muy agradables. El restaurante es íntimo, y el Chef Antonello Sardi, hace que la experiencia sea única. Adicionalmente, nuestro mánager Nicola, fue un caballero a la hora de atender nuestras necesidades y nos hizo sentir como en casa.