Usuario invitado
11 de agosto de 2022
Mi familia y yo somos clientes habituales de Six Senses. Todos los años pasamos algunos días en alguno de ellos y por lo tanto somos muy conscientes de los estándares de calidad de la cadena. Escogimos este hotel, a pesar de ser más caro que otras opciones de la zona, para "ir sobre seguro", pero después de pasar 10 días en una de las residencias del Six Senses Seychelles puedo decir sin ningún tipo de dudas que ha sido una decepción absoluta que se aleja infinitamente de la calidad que aboga la cadena, siendo uno de los timos más flagrantes que tanto yo como mi familia hemos vivido en primera persona. He aquí las razones: 1. COMIDA Ha sido sin duda la mayor decepción de todas. Una carta con una variedad de platos ridícula, una calidad peor que la de un bar de carretera y unos precios desorbitados que rondan los 100-300€ persona, por comida. Al segundo día ya has probado todo lo que hay en la carta y al tercer día estás asqueado de la pésima calidad de los platos. Ir a comer se convierte en una penitencia por la que tienes que pasar a diario y en la que sientes como te estafan de manera flagrante cada vez que vas a pagar. En una ocasión nos encontramos una cucaracha negra en uno de los platos. Yo me pedí una hamburguesa "de Kobe casera" que me dijeron que no podía estar poco hecha porque venía en un preparado precocicinado (eso sí la hamburguesa costaba 52€ + 25% de propinas e impuestos, surrealista). Era bastante normal que en cada comida nos dijeran que había varios platos que se habían terminado y que incluso cuando pedías un plato faltaran ingredientes que venían en la carta. El bufet del desayuno tampoco se salva, con toda seguridad es el bufet más paupérrimo de un hotel de estas características (bollería, fruta y un poco de cereales), encuentras más calidad y variedad en un hotel de tres estrellas. La realidad es que hablando con varios empleados del hotel, nos confesaron que no éramos los primeros en quejarse de la pésima calidad de la comida y que era una consideración que ellos también compartían. En la isla de enfrente (La Digue) comes en chiringuitos de playa mil veces mejor y por 5 veces menos de precio. Simplemente, para ser un Six Senses, el sentido del gusto es absolutamente lamentable. 2. SERVICIO En general hay que esperar muchísimo tiempo para todo. En las comidas, varios días hemos estado esperando más de una hora entre plato y plato, y al pedir el desayuno a la habitación el tiempo de espera no bajaba de 1 hora (para traer solamente café, yogures y huevos). Por otro lado, como por la isla te tienes que mover en buggy (no hay otras alternativas como bicis eléctricas) y no gozas de uno propio (ni aunque estés en una de las residencias más caras) nos ha tocado innumerables veces esperar bastante tiempo a que llegarán a recogernos. Es decir, para moverte por la isla no tienes libertad y siempre dependes de que alguien te ande recogiendo y llevando a donde quieres ir. Un coñazo. 3. ISTALACIONES - LIMPIEZA La residencia es pr