Vale d'Oliveiras Quinta Resort & Spa

No el sitio donde respira el lujo y la paz.Todo está para que te olvides de todo y reflejes completamente.Estabamos alojado a en una villa delux,y está espectacular,el mobiliario,decoración,baños ,diseño,terraza.En la cocina no te falta de nada,si quieres puedes cocinar y si no te vas al bufet,queda esta de lujo.No hay mucha variedad,pero es 100%calidad.Un detalle que han hecho para nuestro hijo es cocinar un plato de pasta riquísima con salsa de tomate cada tarde,aunque no estaba en bufet.Panes,quesos,postres muy ricos.sopas.destuno también muy rico,yogures caseros,vamos,todo de mucha calidad.Personal muy amable.SPA muy bien.Silencio absoluto y ambiente relajante.Ha sido un acierto total.Volveria sin duda

Hemos pasado 3 días de vacaciones en familia. El sitio es precioso, la limpieza genial. El servicio es muy amable. Los apartamentos muy limpios y amplios y la terraza preciosa. La calidad de la comida es muy buena. La piscina y el jacuzzi muy bien. Y muy cerca de playas y sitios para visitar. Nos ha gustado mucho.

Hotel muy bonito, con unas instalaciones magníficas. Habitaciones amplias, bien equipadas y cómodas. El hotel está algo alejado de zonas de ocio, por lo que es buena opción para descansar. Por ese mismo motivo, baso una de mis quejas. El sábado noche, de los tres restaurantes que tiene, solo estaba abierto el de la piscina, porque era una barbacoa de pescado (35 euros/persona, sin bebida).Preguntamos si podíamos comer alguna otra cosa que no fuese pescado, y la respuesta fue que no. Tuvimos que salir fuera del hotel, para cenar. Creo que no cuesta trabajo tener alguna cosa más en carta. La piscina también la veo un poco justa, para el volumen del hotel, pero en honor a la verdad, estuvimos cómodos en ella.

Muy defraudados por la oferta de este hotel. Llegamos a las 12:30 de la noche, la barrera de entrada no se podía abrir. Llamamos 3 veces al hotel. Un pobre hombre descolgó 2 veces sin hablar y en una, sin dar explicación alguna, nos dijo de esperar. Esperamos unos 15’. Entramos y en la recepción del hotel 5 estrellas no había nadie a parte de este señor de Seguridad. A nuestro desconcierto nos comentó que a partir de las 24:00 solo estaba él a disposición. Tuvimos que llegar a la habitación en el último complejo llevando las maletas, sin un carrito donde cargarlas. La mayor sorpresa fue al entrar en la habitación. El aire acondicionado no estaba puesto, luego entendimos el porqué. La única bebida disponible era una botella de agua, de pago, súper caliente, un mini bar completamente vacío. El baño con 2 lucecitas, que alumbraban apenas, sin ningún extractor y claramente bastante antiguo. La cama supuestamente de matrimonio era finalmente la unión de 2 camas de 90 cm y las almohadas una enorme nunca vista tan alta, seguramente sólo para decoración y la otra siempre muy alta, dura y de 50cm…. El aire acondicionado no funcionaba correctamente así que pasamos a turno la noche encendiendo y apagándole para no congelarnos y al mismo tiempo para poder dormir sin asfixiarnos por el calor. Nos dimos cuenta, comparándole con los precios ofertados en ***********, que el precio que teníamos que abonar para esa habitación, se refería a una “casa”, el hotel tiene casitas. Lo comentamos con la recepcionista que a su vez nos hizo hablar con el director al cual le enseñamos la página de la agencia mencionada arriba, pero confirmó que ese era el precio de esa habitación 364,50€. O sea un robo total para la calidad ofertada de la habitación muy muy antigua respecto a la decoración y al mobiliario. El desayuno fue justito, falta de variedad en lo que es la parte salada. La oferta de productos dulces, buena. No ofertan leche caliente, lo pregunté también a un camarero, fría si. La piscina externa bonita, su bar…. Muy de barrio…más que simple. Muy poco personal, aunque amable y atento. Esta ha sido nuestra experiencia…. Bastante regular.