Usuario invitado
22 de noviembre de 2024
No se como serán los demás campamentos ni como deben ser otras experiencias. Solo conozco este pero siento que el listón ha quedado tan alto que me da miedo probar otro. Mientras llegábamos al lugar ya se escuchaba hablar de este sitio como una de las joyas de la corona en cuanto a campamentos y cabañas en el desierto. Claro que hasta que no pones el primer pie en el sitio no te das cuenta de que sí, todo lo que has oído es verdad, el lugar es mágico y especial. Para empezar el recibimiento no pudo ser mejor y más auténtico ya que fue bajándose de un camello entre dunas del Sahara, después de ver un atardecer y con la luna casi llena en el cielo y algunas estrellas, el olor a lumbre de una hoguera y a tajin y especias aromatizando el escenario. Las cabañas eran de lo más pintorescas a la par de cómodas, ambientadas con una decoración muy adecuada para el entorno y el lugar. Baños, duchas y bañeras con agua corriente en mitad del desierto. Un punto a destacar. Un gusto en la decoración y una comodidad selecta. La cena. Dejo para el último este punto ya que soy un amante de la gastronomía y antiguo cocinero de profesión. Un espectáculo. Simplemente genial. El comedor, las vajillas, la decoración de nuevo, la elaboración de platos y las recetas que te transportaban a la esencia de Marruecos con sus juegos de texturas, sabores, contrastes y equilibrios. Pero sin duda destaco el servicio. Los chicos que nos atendieron. Lugareños de un pueblo cercano. Tuve la suerte de poder conocerles de manera más cercana una vez no hubo clientes después de los bailes y canciones folclóricas bereberes. La calidad humana, la hospitalidad, las conversaciones en las que cada uno nos hablábamos de nuestras culturas y modos de vida tan diferentes pero que nos unían de manera especial siendo todos jóvenes de lugares diversos pero con tanto en común en lo espiritual y en los valores. Y como no, tuve la gran oportunidad y el honor de que me abriesen las puertas de su cocina para poder prepararles una tortilla española, aprender de sus recetas y enseñarles yo esta simple elaboración que tanto disfrutaron con música de Julio Iglesias, Ozuna y conversaciones sobre fútbol al rededor del fuego previas a la tortilla. Por todo esto y más, recomiendo mil veces a quien esté pensando en viajar a esta zona del Sahara que lo haga de la mano de Imperial Lodges. (A parte de todo esto también tienen otro saco de actividades de todo tipo las cuales no pude disfrutar porque mi estancia fue de una sola noche). Y por último agradecer infinitamente a Brahim, quien me organizó todo esto. Amigo de mi padre que fue quien me puso en contacto con él. Un tipo especial y que se preocupa por hacer de la experiencia algo único, que no falte de nada y que te lleves un gran recuerdo de tu paso por este maravilloso país a través de su empresa Marruecos en Ruta.