Hostal Schilling

La gente super cálida, atentos, los cuartos impecables, los espacios en común super lindos. Re buena experiencia!! Está ubicado muy cómodo para moverse a pie pero tengan en cuenta que para ir o volver del centro hay que pasar por una calle bastante empinada (mas que nada por si están con equipaje o tienen dificultades de movilidad). La accesibilidad dentro del hostel está super bien

El hostal está a una cuadra (subiendo una calle bastante empinada) del centro. El personal, en especial Ramiro, Gonzalo y Fede, súper lindo, atento y acomedido con nosotras :) nos consiguieron taxi y un tour incluso antes de llegar a Argentina. Habíamos reservado una habitación con baño compartido y a la mera hora nos dieron una con baño propio (mil gracias!!). La cocina está bastante equipada y nos gustó que hay un refri para compartir comida si gustas :). La salita de enmedio me encantó y aunque no están completos, eso de que haya rompecabezas y juegos de mesa por todos lados está padrísimo! Nos guardaron las maletas pues llegamos temprano y cada huésped entra con una clave hecha por él mismo así que se siente bastante seguro. La cámada súper amplia y cómoda. El internet no llega bien a las habitaciones, pero es lo de menos. El desayuno podría ser un poquito más amplio, pero sirve para empezar el día. En general una excelente estancia, no podemos esperar para volver!

El error fue nuestro al reservar, porque es más un hostel que un hostal, es un 2*, y eso no lo percibimos. Es muy básico. Lo malo es el estado del baño de la habitación doble privada, vetusto, incómodo, aunque con buena presión de agua en la ducha. El colchón de la cama de dos plazas se hunde, no es cómodo. El desayuno no tiene ni jamón ni queso, solo pan, tortas, huevos resueltos, tomates y alguna fruta, café y té. El jugo de naranja es liviano, casi sin sabor. Lo mejor, su ubicación a 200 metros del inicio de la zona comercial y gastronómica. Muy buena atención en front desk.