Hotel Cassandra

Venimos a este hotel con dos clases cuando teníamos entre 12 y 14 años. Tuvimos muy malas experiencias allí. Para empezar, había música sonando siempre. No sé si era de este hotel o de algún otro cerca, pero la cuestión es que era imposible dejar de escuchar música. La limpieza era escasa: las sábanas parecían sucias, las toallas no se cambiaban, la papelera no se cambiaba, había suciedad en el suelo y en las ventanas, el balcón estaba asqueroso... Además de en la habitación en sí, por los pasillos, las escaleras, la piscina, el restaurante y la recepción, la limpieza también parecía ser un problema. Un día incluso nos encontramos un calcetín sucio y roto en las escaleras. La decoración de las escaleras era un poco extraña y en las habitaciones no había prácticamente nada para que pareciera una habitación acogedora. Las vistas desde el balcón eran horrendas, incluso podías ver a los vecinos que tenían las cortinas abiertas por la noche y que hacían cosas no agradables de ver para nadie. El baño era minúsculo, había 0 espacio para las piernas en el retrete. La bañera estaba asquerosa, se notaba que la limpieza era mínima y el espejo estaba viejo y sucio también. Las baldosas de la pared roñosas, igual que el suelo. El agua salía con poca intensidad y la temperatura era muy difícil de controlar. No había espacio para dejar tus cosas en el fregadero del baño. Eso sí, había secador (los típicos de hotel). Prácticamente, todos los huéspedes son alemanes borrachos. Estaban merodeando por los pasillos y escaleras, y, en general, por la zona del hotel, con la música a tope y una cerveza siempre en la mano. Supongo que esto es problema de la zona en dónde está situado, pero igualmente es un inconveniente que se podría vigilar. Tuvimos una mala experiencia con estos huéspedes, ya que nos los encontrábamos cada noche borrachos por todo el hotel, incluso diciéndonos cosas, tocando a gente y persiguiéndonos por las escaleras. Nos encontramos literalmente a un alemán borracho tirado en el suelo. Daba bastante miedo. En general, las salas comunas tampoco estaban en buen estado. Bastante anticuado todo. Creo recordar que había un recreativo que no funcionaba, alguna máquina de snacks, sofás en mal estado, libros roñosos... La comida del restaurante, por lo general, era buena, aunque no lo puedo confirmar yo, ya que soy celíaca y me sirvieron EL MISMO PLATO sin gluten A CADA COMIDA Y CENA con un poquito de ensalada que era lo único que podía comer aparte de lo que me daban. Para el almuerzo, al menos tenían un poco de variedad de pastas sin gluten. Por lo demás, me pareció que la otra comida tenía buena pinta. Lo que sí tenían era gran variedad de bebidas para tomar y un buen sistema para proporcionarlas. Uno de los días que comíamos en el restaurante nos encontramos una cucaracha encima de una mesa, otra en el suelo y una más muerta en el suelo. Por su parte, los trabajadores parecían amables y atentos, muy acogedores y con una sonrisa. La zona del