Usuario invitado
1 de julio de 2023
Pequeño hotel situado frente a la mejor playa de la isla en la que puedes estar en bikini sin problema. A nuestra llegada el hotel está de reformas, ampliando habitaciones, algo que observamos que era tónica general en la isla. Se nota que el turismo es cada vez mayor y seguramente está perdiendo el encanto local que tendría a abrirse al turismo. Se nota en los precios de los restaurantes o tiendas, elevadísimos y que entendemos que tiene doble tarifa ya que dudo mucho que un local pueda pagar esos precios en una tienda de alimentación o para comprar unas chanclas normalitas. Al tener cerrado el “restaurante”, nos derivaron para desayunar a un lugar cercano, con un desayuno bastante normalito, pero decente. La atención del personal fue inmejorable. Puedes usar kayaks de forma gratuita y tienen actividades a un buen precio comparado con el resto de la oferta de la isla. Como único punto negativo, os recomendamos que no hagáis la actividad de buceo con tiburones, ya que que e en vez de llevarte a un punto donde verlos en libertad, te llevan a una isla cercana que es una especie de reserva, donde los crían en una zona confinada protegida por coral y un malecón de hormigón así que te sientes en una pecera natural muy grande, pero hace perder todo el atractivo. Por 85 $ por cabeza, me parece caro y algo engañoso. Las habitaciones estaban limpias, de decoración sencillas y, aunque los baños necesitan una pequeña reforma, tienen todas las comodidades. Despertarte a pocos metros de pequeña playa paradisíaca, con vistas la laguna del arrecife, merece la pena. Como punto extra, sobre la playa: a pocos metros tienes una increíble vida marina, así que no te olvides tu equipación de snorkel!!!