Usuario invitado
22 de junio de 2022
Acabamos de pasar una semana en este encantador hotel, y no podemos irnos más contentos. El trato recibido por parte de la familia propietaria y Katerina ha sido inmejorable, nos han hecho sentir como en casa. Las habitaciones son bonitas y cómodas, la limpieza absoluta y la tranquilidad total. El desayuno es muy completo, e incluye variadas delicias locales recién horneadas, con algo nuevo cada día, mermeladas también caseras, un espectacular yogur, etc. Fantásticas recomendaciones de restaurantes de la isla (nos han gustado especialmente Filió y Psomoladeá) Un lugar al que volver seguro, donde uno siente la auténtica y genuina hospitalidad griega.