Villa Maria

Hotel para dormir a las afueras del caos de las ciudades turisticas, muy tranquilo, tan tranquilo que se ya no podia cenar después de las 20h30. Habitación tranquila con todo lo necesario, renovada menos el suelo y el baño que si necesita una renovación urgente, sobre todo la ducha. El personal es un encanto, tanto de recepción como del buffet del desayuno, Martina de recepción nos informó de un montón de playas cercanas donde ir, además de reservarnos una pizzeria cercana para cenar. Lo que nos decepcionó fué el desayuno, muy cutre y pobre, para un hotel que se supone es de 4* que solo tengan de fiambre jamón york, queso y algo de salchichón además en una bandeja donde el plástico de haberlo mantenido tapado en el frigo ni se molestaron en quitarlo, me parece cutre. No reponian dulces, cuando bajamos 1 hora antes de cerrar el buffet estaba medio arrasado y sin reponer, pero no nos importó ya que la bolleria se notaba que estaba descongelada, se notaba en el sabor, el zumo de cartón, la fruta fresca existia, en resumen, prescindir del desayuno si podeis evitarlol, por lo demás, la piscina no llegamos a usarla ya que nos ibamos temprano por la mañana y volviamos cuando ya estaba cerrada. La caja fuerte no conseguimos usarla, no hubo forma de abrirla y cerrarla, a pesar de haberla abierto el Sr. de mantenimiento, pero se bloqueaba. Es un buen hotel pero se nota que la pandemia ha pasado factura, pero a los clientes si les cobran como si no hubiese pasado nada.