Hotel Posada Al Vent - Adults Only

Si te gusta desconectar, el confort... Si eres detallista y te gusta que lo sean contigo. Si te gusta la naturaleza y la privacidad. Todo esto está aquí, en Al Vent. Puedes descansar o planificar un día de actividades. Sería un placer repetir.

Es un hotel casa rural en un pequeño pueblo cercano a Ainsa. La casa es solo para adultos por lo que la tranquilidad y el sosiego está garantizado. Las habitaciones son espaciosas y con todo lo necesario , de un gusto refinado, te sientes cómodo y son agradables, la vista, ventanas con mosquiteras, aire acond. ventilador, buena y cómoda cama y todo super limpio. Las sábanas y toallas de buena calidad, productos de baño marca Rituals, todo está pensado para tu comodidad. Noté a faltar un mueble o cómoda, cajonera para guardar objetos pequeños o ropa interior, quizás fue porque estuvimos alojados bastantes días y lo noté a faltar, la habitación es suficientemente amplia para poner un pequeño mueble para esa función, los muebles de la casa son todos preciosos y de buen gusto. Las salas de biblioteca y musica son muy acogedoras para leer, escuchar música o relajarse. Los desayunos son de otra liga, elaborados y servidos con mucha gracia, todos sabrosos y bien presentados y así te preparas para comenzar el día con las rutas, excursiones maravillosas o actividades de montaña que hay en la zona. El precio creo que es el adecuado para lo que se ofrece que es de calidad y mucho nivel. No le damos la nota máxima pues no hay opción de cenar o picar nada por la noche en el alojamiento como parece ser que había antes, y para cenar hay que coger el coche y a veces estás cansado del día como fue nuestro caso y tener que conducir hasta Ainsa, en el pueblo hay un bar- rest pero solo abren los findes y es bastante caro. Ese es el único punto negativo que le ponemos, por lo demás todo fue estupendo.El matrimonio que lo regente atento y correcto

Cuando llegas a la Posada Al Vent, no puedes ni imaginar la experiencia que vas a vivir .Fuí con mi mujer. Daniel y su esposa te reciben y te ofrecen un servicio excelente. Se preocupan por tu comodidad. Diversos rincones y estáncias te trasladan al Medievo. Tuvimos la habitación Birge ( la del obíspo ) Escuchas el silencio como en ningún lugar. No os preocupéis en que pedir de desayuno. Viviréis una sorpresa gastronómica cada mañana. La tecnología , a la última, está debidamente disimulada. Cada rincón dice algo, pues está cuidado hasta el mínimo detalle, casi con pasión. Tienen clientes de todo el mundo que, como nosotros, han descubierto ésta maravilla con sabor medieval. Muy recomendable.