Hotel Rural El Espino

Mi estancia en este hotel ha sido maravillosa, la atención del personal es muy cercana y amable. Al hotel no le falta detalle. Habitación perfecta con vistas a la montaña y el desayuno es exquisito. Ubicado en un pueblo con mucho encanto e historia, muy tranquilo y muy buenas conexiones para ir a cualquier otra zona de visita. Sin duda, repetiría!

Empezando por el personal, ¡todos excelentes!. Fuimos con la bicicleta y lo primero q nos comentaron es que la metiéramos en la habitación, algo que los ciclistas le damos mucha importancia, por otro lado el desayuno era a las 8,00 y lo adelantaron a las 6,30 por el grupo d ciclistas q estábamos alojados. Lugar muy tranquilo de fácil aparcamiento, buena gastronomía en la zona y resumiendo un sitio que te hacen sentir como en tu casa.

Mi mujer (Estrella) y yo estuvimos alojados en este bonito hotel el pasado día 11 al 13 de agosto ambos inclusive. Un lujo encontrar lugares así todavía a día de hoy dónde lo que prioriza es la atención personalizada al cliente. Las anfitrionas nos trataron como si nos conociéramos de toda la vida, y con una gentileza poco común en estos tiempos. Excelente situación del hotel situado a tan solo 5 minutos en coche de Cangas de Onís. A nuestro gusto la habitación que se nos asignó nos parecio algo pequeña, aunque limpia y aseada, el baño también algo pequeño. Su punto fuerte es el desayuno que es sencillamente espectacular, sus variados y excelentes bizcochos caseros y sus increíbles mermeladas tambien caseras, pan de barra, pan de molde, embutido, zumo natural, etc;... no habíamos tenido un desayuno tan completo, tan natural, tan rico 😋 y saludable en mucho tiempo y eso que mi mujer y yo viajamos con bastante frecuencia. Éste lugar es un paraíso escondido que merece la pena conocer sin duda alguna. Mil gracias por por la hospitalidad y atención. Recomendable al 100%.

Dá gusto encontrar lugares así todavía a día de hoy dónde lo que prioriza es la atención personalizada al cliente. Sonia y Susana nos han tratado como si fueramos de la familia con charlas diarias como si nos conociéramos de toda la vida, el hotel está situado a tan solo 5 min en coche de Cangas de Onís y de la basílica de Covadonga y a unos 30 min de Poncebos que es donde empieza la ruta del Cares. Nos dieron habitación abuhardillada en la última planta y la verdad que muy bien, sobre todo el baño que era bastante espacioso y sus almohadas que eran muy confortables. Pero aparte de la gentileza de los gerentes su punto fuerte es el desayuno que es sencillamente espectacular: Disponen a diario de varios bizcochos y mermeladas caseras, pan de barra, pan de molde, embutido, zumo natural, etc.. no había tenido un desayuno tan completo en mi vida y eso que viajo con frecuencia. Éste lugar es un paraíso escondido que merece la pena conocer. Repetiré sin duda cuando vuelva por la zona. Un saludo