Usuario invitado
31 de enero de 2023
A quien no le gusta darse una escapada a la montaña y respirar aire limpio. Aquí, en este hotelito se respira eso y mucha paz y tranquilidad. Es pequeñito, apenas 6 cabinas estándar y 2 suites junior. Nos hospedamos en una de las suites: muy espaciosa y con vista privilegiada al amanecer. Está equipada con un pequeño refrigerador, coffee maker, platos, vasos, cubiertos y una pila con jabón lavaplatos incluido. No nos alcanzó el tiempo para usar la tina con hidromasaje; será la próxima. La cama cuenta con dos cobijas adicionales pero porque sabemos que aguantamos poco frío, llevamos además una bolsa de dormir que usamos como cobija adicional, por precaución. El hotel se dice que es muy frecuentado por pajareros, sobre todo que vienen del extranjero a disfrutar de las aves. Y lo pude constatar. Me levanté temprano para disfrutar del amanecer mientras veía los pajarillos pasar y oirlos cantar en la hora de más actividad. Los ticos deberíamos visitar más esta zona; tiene mucho que ofrecer: pesca de truchas, senderismo, jardín botánico, café, quesos, uchuvas y ahora hasta visita a un viñedo con degustación, aquí, muy cerca del hotel.