_diegoa1o
16 de septiembre de 2024
Hemos visitado Hipotels por ¡8ª! vez este año. Llevo viniendo a este hotel desde que tenía prácticamente 13 años, y ya para mí tiene un valor sentimental grande porque lo asocio a mi segunda casa, y el sitio donde más tranquilo me siento en el mundo. El hotel, en su categoría, no tiene rival. A nivel de instalaciones, de estética, de animación y personal, de variedad y calidad en su oferta de buffet… Nadie es mejor que el Hipotels. Sin embargo, este año ha sido algo decepcionante porque empieza a haber una tendencia negativa en cuanto a atención se refiere. La atención en recepción, sorpresivamente, ha sido este año bastante peor de lo que la recuerdo. Ha habido bastante desinterés en general con nuestra estancia, no se ha pasado mucho tiempo explicándonos nada (que aunque hayamos venido 8 veces, pues se agradece algo de cordialidad), y simplemente se nos quería despachar rápido. Quizás ha sido algo personal, pero sí que he notado un poco de soberbia en el sentido de ya tener asumido que son los mejores. A nivel de habitación, por dentro, igual que todos los años, genial. Tuvimos un problema este año con la caja fuerte y un desagüe que arreglaron en cuando rellene la encuesta ¡al día siguiente! Me quedé muy impresionado, ahí sí que noté que había mucho mimo en todos los detalles. Sin embargo, la caja fuerte siguió sin funcionar, pero ya optamos por dejarlo estar. La ubicación de la habitación este año fue mucho peor, al lado del restaurante, pero esto es algo que puede pasar. Se nos ofreció un cambio incluso, pero por no causar revuelo decidimos no aceptarlo. Un 10 aquí. A nivel de comida, buffet… No hay rival. Tienen la mejor selección de todos los hoteles de la zona, con un buffet impresionante. Hay de todo. Y además, la atención de todos los empleados (desde las tortillas de la mañana a la plancha de la tarde) es de 10. Son los mejores, también los camareros. El único “pero” es el snack bar. De verdad, un hotel de esta categoría no puede tener un snack bar con precios tan altos y una elección de comida (y calidad) tan justita. Creo que aquí se puede mejorar muchísimo. Luego me sorprendió que no hubiese ningún detalle con nosotros a la salida. Antes te dejaban un obsequio, pero esta vez ya no. En fin, es mi lugar favorito del mundo, pero este año hay que reconocer cuando las cosas no han ido tan bien. Considero que en la zona tiene ya a un competidor serio el Daia Slow Beach, y que al final por un poco más tienes una experiencia 5*. No se que pasará el año que viene, pero está claro que quizás puede ser hora de probar otras opciones.